Se sabe que esta celebración tiene su origen en la época en que los vetones, grupos prerromanos de la cultura celta, habitaban esta zona peninsular. Eran comunidades que se desarrollaban en torno a la agricultura, la ganadería y la guerra.
Los trajes de los harramachos, deben estar hechos a mano con materiales naturales como cortezas de árbol, hojas secas, barro, pieles de animal, cornamentas, huesos…. La intención primordial es crear seres enigmáticos que restablezcan el vínculo de los humanos con la impetuosa naturaleza, su campo y sus bestias, de cara a la primavera que marca el inicio de un nuevo ciclo que se espera traiga protección, fertilidad y buenas cosechas.